Insomnio y alegría. Eso produce el Australian Open. El primer Grand Slam del año entra en las instancias finales y no es casualidad que todos los tenistas del cuadro masculino que siguen en competencia estén dentro de los quince mejores del mundo.
Por un lado del cuadro, las semifinales enfrentan a Roger Federer y a Novak Djokovic, un duelo más que esperado a priori y que revalidará una competencia que se intensifica año tras año. Si bien el suizo no se topó en el camino con grandes nombres, a partir de la tercera ronda debió batallar a cuatro y cinco sets para llegar a su semifinal N° 46 en GS y la N°15 en Australia. Su Majestad, con 38 años, enseñó una vez más su jerarquía para revertir duelos críticos ante, por ejemplo, John Millman y Tennys Sandgren.
En frente, el serbio, que se midió con rivales del calibre de Diego Schwartzman o Milos Raonic, pero que mostró una gran solvencia. Excepto en uno de los cinco partidos que jugó (con Struff, en cuatro sets), resolvió todos en tres parciales y en poco tiempo de juego en la pista. Probablemente el número 2 del mundo llegue con una cierta ventaja física. Mientras tanto, el historial sigue en favor de Nole por 26-23 (en Australia, 3-1).
En la otra fase del cuadro aún persisten los cuartos de final y mañana a la madrugada se completará la llave de semis: el Rod Laver Arena se vestirá de gala para recibir al duelo entre Stan Wawrinka y Alex Zverev a partir de las 00:30hs. El tenista de Lausanne nunca le pudo ganar al alemán, quien se aventaja 2-0 en el H2H y que buscará estirar la marca para alcanzar su primera semifinal en un Grand Slam.
Finalmente será el turno del N° 1 del ránking, Rafael Nadal, que jugará ante Dominic Thiem a las 5:30hs. Un duelo apasionante del que el circuito tenístico fue testigo en trece oportunidades, de las cuales en nueve ganó el español y en cuatro, el austríaco. Como condimento especial para la previa al partido, Nicolás Massu, entrenador del quinto mejor tenista ranqueado, aseguró que su pupilo «puede ganar un GS en cualquier comento».